domingo, 30 de diciembre de 2007

Crónica de un instante

Un instante... no más, no menos... es un instante lo que captura la fotografía.
Una imagen capturada a través de un lente es la culminación de la elocuencia, es decir todo sin decir nada, es llegar a la descripción física absoluta.
Salvador Elizondo, en Farabeuf, realiza una de las descripciones más reales que haya leído jamás. Lo peculiar de la novela (por si el estilo de Elizondo no fuera lo suficientemente peculiar) es que al final de la descripción hay una fotografía.
El autor pretende dejar en el lector una imagen muy sugestiva, la imagen de éxtasis de una persona sometida a una de las mas crueles torturas que jamás haya conocido.
Me es sublime la convergencia a la que se llega a través de la imagen con las palabras, ya que, he de decir, que junto con la literatura, la fotografía me apasiona de gran forma.
Así que puede que de repente haya fotografías en este espacio, para satisfacer esa necesidad que siento de expresarme a través de imágenes.
Mato dos pájaros de un tiro... Te invito a echarle un vistazo a la obra de Elizondo (gran, gran obra) y al mismo tiempo complemento la intro ya hecha hace unos días, con la parte que me faltaba: la fotografía.
Fotografomanía, yeah.

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